lunes, 25 de noviembre de 2013

Cantando con algandianos (singing with algandians)


Si alguien piensa que los algandianos no han sido objeto de canto se equivoca. Hay muchas canciones que hablan de ellos, como aquella del añorado grupo madrileño Ciudad Jardín, llamada “atún y algas” (http://www.youtube.com/watch?v=7x6U7wpkwIs), donde el estribillo dice:

 !No sé lo que verán,
los turistas de la gran ciudad,
atún, atún y algas,
otra cosa no se explica¡

El Sr. Chinarro, grupo de música sevillano tiene una canción titulada “con algas como peluca”, donde dice:

Uno se lleva el balón
y la rubia con limón,
con las algas de peluca.

Algún miembro de este grupo seguro que veraneaba en las costas de Chipiona, donde no es raro ver a algún bañista en septiembre colocarse en la cabeza los largos Codium tomentosum como si fueran la peluca de Bob Marley.

El grupo mexicano Vaqueros Musical no tiene nada claro la diferencia entre plantas marinas y algas ya que en su horrenda canción para celebraciones de boda “algas marinas cantan, después de haber encontrado plantas marinas y formar un ramo:

Corriendo por la playa
encuentro un pescador
y yo le pregunté
qué plantas son señor
¡Son algas marinas, son algas marinas, son algas marinas las que usted encontró¡
¡Son algas marinas, son algas marinas, son algas marinas dijo el pescador¡

Un juego floral de Fucus vesiculosus entre barcas de pescadores

Probablemente no conozcas ninguna de estas canciones, pero no me negarás que no recuerdas la canción de La Sirenita, que empieza así:

Tu crees que en otros lados,
las algas más verdes son,
y sueñas con ir arriba
qué gran equivocación.

La Sirenita bailando entre extrañas algas

Una última canción con algandianos es la de aquel grupo de los 70: Furia. La letra de “A flor de piel”, tiene un estribillo que dice así:

Corres, corres por mis venas (no, no son los litros de alcohol, no es esa)
arrollando penas de mi soledad.
En el mar de nuestros brazos:
peces, algas y arrecifes de coral.

Todo una canción de amor…

Pues nada, hoy termino este blog con un par de canciones divertidas que podéis incluir en clases y presentaciones sobre ecología de plantas marinas: el hip hop de Posidonia y la más increíble: aquella leñera y algo cutre del grupo sanluqueño Tiburón cuyo estribillo es todo un himno que dice: ¡Amo la ecología y la libertad!
Fanerógamas marinas en libertad bailando a ritmo de hip-hop.

sábado, 16 de noviembre de 2013

El origen de Ceiba: ¿algandiano o fanerógama marina? (the origen of Ceiba: algandian or seagrass?)


Un día, leyendo plácidamente el diccionario de la Real Academia Española, encontré la palabra “ceiba”, definida como “Alga marina en forma de cinta, de unos tres decímetros de largo y menos de un centímetro de ancho”. La palabra me dejó estupefacto, porque realmente no existe un algandiano así.

Más me sorprendió otro día hablando con expertos que estudian plantas marinas en forma de cinta (las tan conocidas fanerógamas marinas), porque ellos utilizan la palabra “seba” para referirse fundamentalmente a Cymodocea nodosa. Este término lo emplean sobre todo canarios y catalanes. De tal palabra deriva “sebadal”, para describir los fondos cubiertos por angiospermas marinas, bien de C. nodosa o de las especies del género Zostera.
Buceando entre sebadales andaluces

Me puse por tanto a intentar resolver el entuerto y consultando textos antiguos encontré que la palabra “ceiba” tiene el significado de “alga” desde el siglo XVIII, tal como cuenta J.L. Pensado en su artículo “sobre el origen y vicisitudes de la ceiba alga”. El término podría ser de origen gallego o de la parte asturiana más occidental, más concretamente de la palabra gallega ceivo (suelto, en libertad)  o la asturiana ceibe (referida al ganado suelto o libre). De hecho, desde antiguo se llama ceiba en Galicia a un alga o sargazo en forma de cinta, como afirma J. Corominas en el "Diccionario Crítico Etimológico de la Lengua Castellana".

En la región gallega, dos monjes benedictinos recogen términos que parecen ser incluso el origen de la ceiba. El Padre Sarmiento cita a mediados del siglo XVIII los términos ceba, xeba, xebra y seba para referirse a las plantas marinas que arroja el mar y el Padre Sobreira, en su Ensayo para la Historia General Botánica de Galicia registra términos similares, añadiendo además cebre o xebre. En las costas de Andalucía también dicen los textos coetáneos que ceba se utilizaba como ceceo de la norteña seba (debían ser pescadores del barrio de El Perchel…).
Mirando aún más lejos, en 1570, A. Laguna, comentando la obra de Pedanio Dioscórides se refiere al alga marina como ceuas en castellano y seiba do mar en portugués. De tan lejos podría venir el híbrido entre las dos lenguas para dar lugar a ceiba como alga que deja la marea en la playa.

La palabra ceiba por tanto tiene un origen complicado, siempre más o menos ligada a “algas” con forma de cinta, que bien podrían ser Ruppias, Cymodoceas o Zosteras, cuando la distinción del pueblo entre qué eran plantas, algas o hierbas del mar era inexistente. A principios del siglo XX, son los hermanos portugueses los que sin duda incluyen ya estos términos para referirse a las angiospermas marinas. J. T. Da Silva, en su “Diccionario Etymológico, Prosódico e Orthographico da Lingua Portugueza” incluye un párrafo que no tiene desperdicio:

“Ceba, en Aveiro es una planta marina monocotiledonea (Zostera marina) que entra en el molliço* y se le llama también ceba-do-rio. Nombre de una planta, tal vez análoga a ella y que se encuentra en el fondo del río de Setubal. Seba: abono, especialmente para las viñas, de plantas marinas, lo mismo que ceba.
(*Molliço: algas y otras plantas acuáticas que se cogen para abonos de tierras).

Los gallegos ya han tomado nota de esto y en su Dicionario da Real Academia definen muy certeramente ceba (no ceiba) como "planta acuática marina de la que existen diversas especies, de hojas filiformes, muy abundantes en las costas gallegas".

Por tanto, cuando mis colegas discutan sobre de dónde viene el término seba, sebadal o incluso seda al referirse a las fanerógamas marinas, ruego presten atención a este texto. Tal vez por fin ponga algo de luz a tan arduas disputas. No olviden en todo caso que un algandiano está detras de todo esto.

¡Señores doctos de la Real Academia Española, no persistan en su tozudez de definir como ceiba a un algandiano cuando sabemos hoy que no lo es! !Dejenlo como un uso antiguo del vocablo y simplemente cambien la acepción a planta marina en forma de cinta, etc. etc.¡ !Así todos sabrán que lo que se define es una fanerógama marina!

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Los nombres de las algas (the names of algae)

La mayoría de los algandianos tienen nombres rarísimos. Los seguimos nombrando en latín, señal del poco afecto que suscitan entre los humanos (nombres latinos que en todo caso significan cosas, a veces muy divertidas, como "hilo en forma de gusano" para definir a un Nemalion helminthoides). Sin embargo, los marineros, pescadores y mariscadores han puesto directamente motes a algunas algas que tradicionalmente se cruzan en sus caminos, normalmente por utilizarlas como un recurso explotable o a veces por estropear sus artes de pesca. Así, en la zona del Estrecho de Gibraltar llaman "coletos" a Saccorhiza polyschides o a Laminaria ochroleuca, los asturianos llaman "ocla" a Gelidium corneum y los gallegos llaman "líquen" a una variedad de Chondrus crispus o "A xaponesa" a esa invasora oriental (Sargassum muticum).








Bucear entre los coletos del Estrecho da el mismo miedo que adentrarse en los bosque impenetrables de los cuentos infantiles.

Hay otros nombres más generales, conocidos por los comedores de algandianos como "lechuga de mar" (Ulva rigida) o "espagueti de mar", dado a los receptáculos de Himanthalia elongata.












El espagueti de mar en su salsa

Los habitantes de las Islas Afortunadas han ido mucho más allá y gracias a su Academia de la Lengua han puesto nombre a ¡86 algandianos!, algunos tan curiosos como "paragüita de mar brillante".

Los nombres tradicionales en lengua vernácula (euskera, gallego, catalán o castellano) que otorgan los hombres de la mar a las algas no se pueden perder. Me he propuesto ir recogiéndolos poco a poco en una pequeña obra. ¿Me podéis ayudar? Si conocéis algún nombre curioso para un alga enviadme vuestros comentarios.