Paseando por el Barrio de la Viña de Cádiz, quizá el barrio por excelencia del sabor gaditano y de las coplas de carnaval, entré en el famosísimo restaurante El Faro, que acaba de cumplir 50 años desde que se remozó aquella antigua taberna marinera. Tras degustar su excelente cocina, me fijé que en una de sus paredes colgaba un cuadro de R. Vidal dedicado a la Caleta. El cuadro deja al descubierto el intermareal en todo su esplendor
Intermareal de La Caleta, con el Castillo de San Sebastián al fondo.
En el lienzo se observan las pequeñas barcas que quedan varadas durante la bajamar y que tan típicamente colorean este inolvidable rincón de Cádiz. Las numerosas cubetas intermareales albergan una interesante flora ficológica que sirve de laboratorio natural a los estudiantes de Ciencias del Mar. En la zona emergida abundan tonalidades pardas que denotan una influencia del exceso de radiación lumínica puesto que dominan algas rojas cespitosas como Caulacanthus ustulatus o Gelidium pusillum. Las manchas más rojizas probablemente se deben a Corallina elongata, especie muy abundante también en las cubetas. Se observan algunas zonas verdes colonizadas por Ulvaceas.
La Caleta ha sido objeto de poemas muy conocidos, como la célebre habanera de Cádiz de Antonio Burgos que tan bien cantara Carlos Cano:
...Las olas de la Caleta, que es plata quieta, rompían contra las rocas de aquel paseo...
O de coplas de Carnaval, como el pasodoble que decía:
"...me robaste mis te quiero, en la playa la Caleta".
Pero lo mejor de esta postal única es disfrutar del ocaso de cada atardecer: haga caso al coplero y "llegue hasta la Caleta y en el espigón abra sus ojos y contemple qué es una puesta de sol"
Felicidades al Restaurante el Faro y a todos los que han hecho posible que tras 50 años se pueda mejorar aún la oferta de sabores de esta tierra.
...la Caleta...mitica playa gaditana...
ResponderEliminarY que lo digas. Las cosas que se ven ahí no se encuentran ya en ningún otro lado, como las partidas interminables de bingo.
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